Los disfraces de mi madre [microrrelato]
En conmemoración al bicentenario de la muerte de Edgar Allan Poe.
Texto original de "Los disfraces de mi madre" de 186 palabras (reducido a 160 palabras posteriormente para su presentación en un concurso -> Los disfraces de mi madre versión presentada).
A ella le encantaba disfrazarse. Decía que ser tan sólo una persona era aburrido, así que se postraba delante del armario, lo abría y exhibía orgullosa su cargamento de personalidades.
A veces quería ser una heroína, y para ello se enfundaba el cuero y las botas altas de tacones finos, me pedía que le arreglase el pelo por detrás cuando escondía medio rostro en la máscara y luego me explicaba que lavarme los dientes era fundamental. Me daba un beso de buenas noches, y se marchaba.
Otras veces, prefería liberarse del materialismo y profundizar en la alquimia, por lo que pasaba tres días alejada de casa. Volvía al cuarto tras entablar amistad con unos ermitaños de La Coruña, siempre los mismos, simpáticos pero muy misántropos, según contaba ella.
Un quinto día quiso ser cocinera. Sacó la cazuela grande y el cuchillo del jamón. Preparó un estofado riquísimo y le dije que yo fregaría los platos. Sobre la encimera había un recipiente con restos sin cocinar. Eran parte de un corazón humano. Yo me enfadé muchísimo con ella. No me había comentado que se disfrazó de asesina.