6 de marzo de 2009

Muro de alambres.

Hay veces en las que me muevo incontenidamente cuando estás cerca para crear una casualidad llamada roce.
Otras veces no hace falta.
Pero entonces ocurre que caen alambres, recelosos se entrelazan y sin propósito de ganar me dejan fuera del coto.
Como si estuviera dentro.
Sería más fácil romper a coscorrones ladrillos enmurallados hechos con rapidez y a desgana, que introducir pestaña a pestaña mi pretensión de cercanía a través de tu mirada.

En cualquier caso, tan tan, abre.
Que no me he traído guantes.




Es fácil de ver,
está intentando hablar.
Sueños apreciados,
por siempre dormidos.


-Muse

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente!
Como hiciste para expresar eso que por tanto tiempo he guardado en mi alma?
me siento identificado, no podría haberlo escrito mejor.

saludos.

Smyle dijo...

Imagino que hay veces que un roce no es suficiente... Y eso nos toca a todos en algún momento.