15 de agosto de 2012

Corazón lleno de agujeros

Olvidarte porque no queda otra solución. Olvidarte porque se ha agotado el sol. Olvidarte porque lo dicen los pianos, porque lo cantan las sirenas. Olvidarte porque de aquí a esta tarde te habré olvidado. Olvidarte porque de aquí a esta noche no te habré sabido olvidar. Olvidarte porque es lo que toca, porque toca olvidar. Olvidarte porque tengo el corazón lleno de agujeros, olvidarte porque me sobra corazón. Olvidarte porque no hay mejor destiladora que los suelos de yeso duro, donde las huellas no importan una mierda y en los cuentos se habla de follar. Olvidarte porque se acaba la canción, porque no te toqué la guitarra y se me escurrieron los deseos por la luna trasera del coche, por la luna trasera de diciembre. Olvidarte porque si no te olvido, no te olvidaré.

  Heart Full Of Holes by Mark Knopfler on Grooveshark

9 de junio de 2012

Sulfato sódico para la conciencia

Sulfato sódico para la conciencia. La última llamada que se espera cuando nadie va a llamar. Mecheros y ceniceros en cada decisión. Decisiones efímeras, indecisiones que se enamoran y se quieren por siempre. *Violines*.
Almohada para que repose la cabeza, almohada para que repose el corazón, donde se abrazan las piernas que caminan solas. ¿Y si me da por alboradas cuando no tengo nada que contar? Aburrirse por placer, porque el placer se aburre.
*Eco*.

4 de mayo de 2012

Señor de las mañanas

Aún no había anochecido y ya salía el sol. Venía cantándoles saetas de regocijo a los que volvían solos a casa, impregnando de sudor a los que olían a whiskey; desperezando a los esperanzados.
Con boquita canalla, pecho inflado y arrugas de letanía, señor de las mañanas, acostaba a los insomnes con el malestar del recuerdo y a los amores ocasos con la revelación de las facciones.
Mentía si hablaba, cuando decía que sabía coser corazones con hilo de minutos, que arreglaba paraguas para tormentas ácidas y zurcía botones para chaquetas de entreabril.
Mentía porque él jamás pudo ver cómo se deshilaban los corazones en las madrugadas, a los vientos que arrastraban los paraguas y la velocidad con la que caían las chaquetas en marzo. Miente porque nunca está cuando se hace trizas lo que él pretende arreglar.