16 de junio de 2014

Roca

No hay, desde este acantilado, un fin.
Hay oleaje, eso lo puedo oír;
hay brisa, eso lo puedo sentir;
hay peces, eso lo puedo ver.
No hay, desde este acantilado, un fin.

No hay, en este corazón, juventud.
Hay un latido, eso lo puedo oír;
hay sangre, eso lo puedo sentir;
hay vida, eso lo pueden ver.
No hay, en este corazón, juventud.

Hay, en esta casa, una valla.
No hay invitados, eso no lo puedo oír;
no hay roces, eso no lo puedo sentir;
no hay luces, eso no lo puedo ver.
Hay, en esta casa, una valla.

Hay, desde esta roca, una canción.
No hay música, eso no lo puedo oír;
no hay un piano, eso no lo puedo sentir;
no hay un pianista, eso no lo puedo ver.
No hay, desde esta roca, un fin.


Avril 14th by Aphex Twin on Grooveshark

15 de agosto de 2012

Corazón lleno de agujeros

Olvidarte porque no queda otra solución. Olvidarte porque se ha agotado el sol. Olvidarte porque lo dicen los pianos, porque lo cantan las sirenas. Olvidarte porque de aquí a esta tarde te habré olvidado. Olvidarte porque de aquí a esta noche no te habré sabido olvidar. Olvidarte porque es lo que toca, porque toca olvidar. Olvidarte porque tengo el corazón lleno de agujeros, olvidarte porque me sobra corazón. Olvidarte porque no hay mejor destiladora que los suelos de yeso duro, donde las huellas no importan una mierda y en los cuentos se habla de follar. Olvidarte porque se acaba la canción, porque no te toqué la guitarra y se me escurrieron los deseos por la luna trasera del coche, por la luna trasera de diciembre. Olvidarte porque si no te olvido, no te olvidaré.

  Heart Full Of Holes by Mark Knopfler on Grooveshark

9 de junio de 2012

Sulfato sódico para la conciencia

Sulfato sódico para la conciencia. La última llamada que se espera cuando nadie va a llamar. Mecheros y ceniceros en cada decisión. Decisiones efímeras, indecisiones que se enamoran y se quieren por siempre. *Violines*.
Almohada para que repose la cabeza, almohada para que repose el corazón, donde se abrazan las piernas que caminan solas. ¿Y si me da por alboradas cuando no tengo nada que contar? Aburrirse por placer, porque el placer se aburre.
*Eco*.

4 de mayo de 2012

Señor de las mañanas

Aún no había anochecido y ya salía el sol. Venía cantándoles saetas de regocijo a los que volvían solos a casa, impregnando de sudor a los que olían a whiskey; desperezando a los esperanzados.
Con boquita canalla, pecho inflado y arrugas de letanía, señor de las mañanas, acostaba a los insomnes con el malestar del recuerdo y a los amores ocasos con la revelación de las facciones.
Mentía si hablaba, cuando decía que sabía coser corazones con hilo de minutos, que arreglaba paraguas para tormentas ácidas y zurcía botones para chaquetas de entreabril.
Mentía porque él jamás pudo ver cómo se deshilaban los corazones en las madrugadas, a los vientos que arrastraban los paraguas y la velocidad con la que caían las chaquetas en marzo. Miente porque nunca está cuando se hace trizas lo que él pretende arreglar.

23 de octubre de 2011

Aguaceros de luz

Aguijones de papel. De papel de pantalla de ordenador. Nuevas máquinas de escribir. Nuevos escritores; nadie les conoce y nadie les quiere conocer, pero se retroalimentan de aplausos de luz, de luces de pantalla de ordenador. Espejos cóncavos donde esconder la cabeza, donde se refleja sólo hacia dentro, donde todos se ven y pocos se miran. Servicio de guardería permanente para adolescentes con tendencias suicidas y mentiras piadosas, para estudiantes de matemáticas que quisieron diseñar zapatos, para abogados casados de inclinaciones sintoístas; para octogenarios modernos.
Famas que son mar, sales y se evapora. Sales y eres pesado, sales y sólo resta la sal que te impregnó en el interior, que suele escocer. Es la ilusioria conciencia de quien la busca donde no la va a encontrar, pero es placentero el aguacero que, como la lluvia, repentina, impetuosa y de corta duración, te moja sin calar.

16 de octubre de 2011

Raja de limón

Niña, riza tus rizos, te están mirando. Desconoces el pudor del que nunca ha sido perfecto, ¡qué digo! Lo amasas cual solución errónea, descabellada e inquietamente acogedora, como si nada fuera más apetecible y temible al mismo tiempo.
El fragor de las escaleras que crujen de viejas sus maderas es la inanimada bienvenida, ni el sol quiso venir. Que dice que es demasiado pronto para respirar. Y la luna, ¡ah, la luna!, es una diminuta raja de limón cómplice de este amanecer indeseado, de pulpa rechupeteada, de descarada paciencia.
¿Y los tiovivos?

30 de septiembre de 2011

Destierro

Caen por desterradas las pestañas cerradas de tanto reír, los antojos de ojos abiertos para verte mejor, las costras sobre las puntadas, los derrapes en las carreras. A veces olvido se traga tu timbre de voz, la impotencia que me daba no dar, el tinte de tus ojos, la comisura de tus labios. Pero siempre me quedan los restos de tu sonrisa, el aire de tus pupilas, las yemas de los dedos ensuciadas de tocar, el placer de haber quebrantado tus palabras.

19 de septiembre de 2011

A veces, vida

Pero, ¿no es sino un reto la felonía a los propios sueños? Vivir de las amapolas, suspendida sobre un fino tallo horizontal amarrado al aire, y tener que caminar erguida, y no volátil, para hacer ruido al pasar.

13 de julio de 2011

Taitantas veces

Soy eternamente más bella cayendo sobre pies planos, debajo del ala de connivencia que entrega cara blanca, ojos dichosos, luz prestada.
El desconcierto no es sino concierto de eclécticos estrabismos, derrape mental, manos de mantequilla, piernas de plastilina; no soy sino todo cuando no hay nada, nada cuando aparece todo. Menos cero partido entre taitantos; taitantas veces me desinflé en el horno.
Echo más de menos las texturas que rocé al tiempo que desrozaba que aquello que palpé y salió volando tras un viento seductor.

27 de marzo de 2011

Vicio cojo.

Ojo, que cae como bala desviada la trastocada infamia de la verosimilitud.
Atención, que desembocan como cayucos mudos balsas de rayos de luz.
Paciencia, que parece que se sigue sin ver, obstinados están los lunares de ayer.
Cuidado, que telonea humo acatarrado el envasado ensayo de realidad.
Apura, que escuecen en las manos los arcanos equilibrios de eternidad.
Paciencia, que parece que sigue con llama, rebuzna el sol incordio que exclama.
Ojo, que cae como edredón innecesario el diario contemple del vicio cojo.