29 de noviembre de 2008

Favor de.

Me gustaría,
y lo pido como favor,
que,
por favor,
me adules un poco más,
o lo que estimes,
a ser posible,
exijo y ruego,
al caer la noche.

Y si no es mucho pedir,
supongo que no,
quisiera,
hazme el favor,
que tuvieras una excusa,
una barata vale,
para no haberme,
con tu permiso,
querido ya.



Y pienso, si te vas,
las veces que te tengo,
y cada vez que estás,
que te echaré de menos.

14 de noviembre de 2008

Siento, lo siento.

Siento que si no siento, y no te siento, me siento sin sentido.
Siento, además, que sentiría no sentirte.
Dime, ¿qué sientes?

__

Me estaba desacostumbrando a la espiral del silencio,
a las palabras que destilan versos por no beberse a ellas mismas,
a esperar que el whiskey colisionara con mi inseguridad,
y, ahora que me miro,
me veo un paso atrás.

Santa tontería ésta de avasallar los ladrillos ya puestos por un mal tabique.

Debe de ser una mala noche.




(...) No tengo ganas de trepar,
la verdad es que ni ganas de na',
tengo ya los nudillos cansados.
(...)

7 de noviembre de 2008

Sol sostenido.

Escritora de mundos, más bien por hobbie que por necesidad,
o quizás más bien por necesidad que por afición.
De cuerpo presente y mente pasada, fumadora arrepentida,
estéril de experiencias y tan profundamente vivida.
Círculo vicioso de virtudes escondidas, polígamente casada con sol sostenido,
infiel amatoria de clave de fa. Un matojo de trastes.
Algún día recordaré solfeo y te compondré una canción.

Revolucionaria por consciencia, inconscientemente conformista.
De uñas negras, o moradas o burdeos, de calcetines de colores,
de falda verde o pantalón pitillo. So last week.
Hipotéticamente deductiva, deseosa de introducción.
Un poco de todo, un poco más de nada.


Y además me llamo Soraya.



Veo el ojo que me mira,
no sé qué esperáis de mí.

3 de noviembre de 2008

Viento.

Donde el tiempo no pasaba,
él pasó,
asió de mis manos el rubor,
se lo llevó,
el humo y la estela le esperaban,
apareció,
la consumada hierba le miraba,
se la fumó,
qué de veces dije adiós.
Hola.



Y en el hueco del eco de su voz,
vive el eje que desapareció.