3 de noviembre de 2008

Viento.

Donde el tiempo no pasaba,
él pasó,
asió de mis manos el rubor,
se lo llevó,
el humo y la estela le esperaban,
apareció,
la consumada hierba le miraba,
se la fumó,
qué de veces dije adiós.
Hola.



Y en el hueco del eco de su voz,
vive el eje que desapareció.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

te adoro petarda :P

besotes

Anónimo dijo...

bonito blog, sigue en ello

Eterna reflexion dijo...

pues no mas adioses!

hola!