14 de noviembre de 2008

Siento, lo siento.

Siento que si no siento, y no te siento, me siento sin sentido.
Siento, además, que sentiría no sentirte.
Dime, ¿qué sientes?

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Me estaba desacostumbrando a la espiral del silencio,
a las palabras que destilan versos por no beberse a ellas mismas,
a esperar que el whiskey colisionara con mi inseguridad,
y, ahora que me miro,
me veo un paso atrás.

Santa tontería ésta de avasallar los ladrillos ya puestos por un mal tabique.

Debe de ser una mala noche.




(...) No tengo ganas de trepar,
la verdad es que ni ganas de na',
tengo ya los nudillos cansados.
(...)

2 comentarios:

Annabel dijo...

Como me dijo una vez un amigo, sal y airéate, aunque no tengas ganas.

Saludos.
:)

Anónimo dijo...

Y hay que seguir siempre,
andando,
escribiendo,
amando...
incluso a través de las tormentas.
Un abrazo infinito.