9 de febrero de 2009

Rutina del mareo.

¿Podrías parar de girar por un momento y mirarme?
Estoy mareada ya de observar tus vueltas.


Buh.


Cayó del roce de tu rodilla contra la mía
un pensamiento de jamás,
que me dice al oído, en cunclillas,
que qué pereza despertar.

Semiatado a la rutina del qué vendrá,
demasiado miedica, achucha
caos personal y mentalidad ebria,
y qué no fluya, que no escucha.

Y cuando los ojos quedan ahumados,
la piel es destino de bocas mudas
atragantadas por el cúmulo de dudas
que no hacen sino reusar rol usado.

Quizás hay un problema en esta inmensidad
si ni tú,
ni yo,
alcanzamos a acaparar.

Qué vendrá.

Rutina del qué vendrá.

3 comentarios:

Sergio dijo...

Hay mensajes que sólo entiende el destinatario. Espero que haya dejado de girar y te haya mirado.

Y dejo una muestra más de lo malo que soy para comentar poesía.

Te dejo un beso aunque no estés, para cuando vuelvas y tal.

Smyle dijo...

Yo creo que el que menos entiende es el destinatario, en este caso...

:*

Sergio dijo...

Él se lo pierde.