5 de diciembre de 2008

Tanto.

Tengo tanto que decirte
que no sé por dónde empezar.

Quizás comentándote que soy esclava de tu sonrisa térmica y que estoy segura de conocer todas las ramificaciones de las palmas de tus manos te hagas una idea del ritmo de mi mente predispuesta a la exorbitación.

O quizás no. Quizás sea mejor seguir pisando tus miguitas.

En cualquier caso, tengo tanto que decirte,
que no sé por dónde voy a empezar.
Quizás deberías sentarte.
Quizás deberías escuchar.

Nunca se me ha dado bien la paciencia.




Y es por eso por lo que cambiaría mi guitarra por estar
atrapada y retorcida en ti.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si tuyo, pero es precioso

BESOSS

Ricardo Tribin dijo...

Hola Smile.

Sensible poema!!!!

Y la paciencia???? Dificil mas muy necesaria.


Abrazos...

Anónimo dijo...

Tanto por vivir...
Tanto por aprender...
Tanto por sentir...
A mí tampoco se me da bien la paciencia.
Un saludo...