30 de diciembre de 2008

Dejarse llevar suena demasiado bien.

Agarrar el viento que mueven tus pies al caminar. Eso hago.
Piensan que por el oleaje mi marea se mareará. Ingenuos.
"Dejarse llevar suena demasiado bien" haz que se calle. Apaga la música. Mi conciencia también.
Inquisitivamente corro, por si hay de quien necesita tortura y se une a mis pasos.
Yo nunca he dejado de correr. Y si corro es porque no sé acertar con los destinos, por ello prefiero no mirar.
Y el instinto siempre me ha ido mal.

Me fumo las velas por rellenarme de humo y vicio.
Mi cintura se enrojece si la haces sonreír.
Me están temblando hasta las huellas de los dedos.
Aguanta mi copa mientras me descalzo. Creo, creo que voy a echar a correr.



Te he dejado en el sillón las pinturas y una historia en blanco,
no hay principio ni final, sólo lo que quieras ir contando.

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