3 de enero de 2009

Parecer.

Bueno, hoy te eché de menos. Al parecer te recuerdo entre gotas ebrias.
Parecer, puesto que mentiría al negar que miento.

Te recuerdo siempre.

Dime la posición exacta en la que debo permanecer. Si acaso... si acaso he de permanecer.
Si acaso hay exactitud. Que no la habrá.
Bueno, qué más da. Yo suelo ser bastante poeta a ciertas horas; tú ya me conoces, yo ya no me voy a esconder.
Desencapuchada. Un poco más acelerada que ayer. En total concordancia con la incertidumbre.

Un puesto de farolas que revende cables a cambio de bombillas.

Yo.
Tú ya me conoces.



Mi pobre corazón en domingo.
Mi pobre corazón en pelotas.
Mi pobre corazón en fa sostenido.




Me siento sola en mi rincón... dónde estaréis.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por si te sirve de algo yo estoy aquí...
a la vuelta de cualquier verso,
inmersa en la calidez íntima de tus sílabas,
deseando que pase pronto la tormenta y el corazón recupere su latido.
Feliz esperanza...