16 de mayo de 2009

Muda.

Como si de barro fuere, se cae despedazado mi escudo extrínseco. Que no lo quiero.
Me esculpo a semejanza del yo que inventé yo allá por tiempos ilustrados, que decido.
Y hago confirmación de mis pecados y me niego al sacrificio perenne. Que no me gusta.

Vuelvo.



Primero rompo el corazón
de un mundo que no puedes ver,
luego me vuelvo a mi rincón.

(...)

Y así me paso el día entero,
yo estoy mejor que bien
y tengo el mundo entero a mis pies.


-Extremoduro

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los escudos de barro no son necesarios. Son puro peso.
Vale mas le pena hacer verdaderos esfuerzos y formar escudos de verdad, que protejan.

me has dejado mudo.

abrazo.

{Angie} dijo...

oh! me sentí identificada

saludos!

;)