3 de agosto de 2009

Esta mañana.

Suelo dormir poco.
A veces me cuestiono si debería siquiera ir a dormir cuando las paredes son finas láminas de luz, mis vecinos ya se han duchado y están camino de la M-30 y huele a café recién hecho en el asfalto.
A veces, mientras finjo ser princesa somnolienta de un cuento congelado, una pila de planes simultáneos se desmenuza sobre el colchón; que si me quedo, que si no.
Me cae el amanecer, y la mañana entera, tan a menudo, que tengo la espalda repleta de soles.
Sé decente, sé normal.
Tienes tiempo, sé lo que quieras.

Creo que dejé de dormir cuando aprendí a soñar.



Lo que me llevará al final,
serán mis pasos, no el camino.


-Fito&Fitipaldis





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6 comentarios:

Enrique Palacios dijo...

Soñar despierto es mejor que soñar dormido, se puede elegir arbitrariamente el destino...

Anónimo dijo...

pasamos la mayor parte de nuestras vidas durmiendo.
El resto la pasamos soñando...

un abrazo.

Deprisa dijo...

Está bien pasarse la vida soñando, pero también hay que moverse para alcanzar esos sueños. Lo que te llevará al final serán tus pasos, no imaginar una y otra vez el camino.

Y de vez en cuando también dormir sin soñar.

m a r i e dijo...

me gusto mucho el texto :)

Unknown dijo...

"Duermo de dia, sueño de noche", diria Sabina...

José Luis López Recio dijo...

Me ha gustado tu blog.
Saludos