14 de abril de 2009

Bocas lentas.

Hipócrita-
Soy.
Finjo tener algún interés en la película;
a mí me interesa el sofá.


Se encontraron en una esquinita,
la última puta ya se había ido.
Aún sonaban en sus risas
voces pétreas de caídos.

Dos linternas a modo de estela
y un par de estelas impacientes,
aún querían ser riera
de asustadas bocas lentas.


Ella me dijo que estaría bien,
que nunca iba a poder volver,
que no me fuera yo a preocupar.
Él me dijo que no hacía pie,
que no quería entender
ese lamido manantial.


Ella se reinventaba cada noche,
él se escondía dócilmente,
eran sábanas de alambres,
rotas, blancas, iguales, diferentes.


Ella me dijo que estaría bien,
que nunca iba a poder volver,
que no me fuera yo a preocupar.
Él me dijo que no hacía pie,
que no quería entender
ese lamido manantial.


-Bocas lentas-



Y vuelvo a quemar hierba pa reír,
cambiar mis temores por suaves caricias.
Y en una calá llegar hasta ti,
mezclarme en tu piel sin dejar pistas.


-Sínkope

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sublime. Lo que importa es el sofá. La persona de al lado.

En serio, me ha encantado.

Anónimo dijo...

hipócritas-
ya somos dos.

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El poema de las bocas lentas es genial, muy bien pensado, tiene ritmo -y no es de dudar, si haces música - Los versos parecen una conversación entre tres; donde dos hablan y uno calla.

excelente.

abrazo.

Anónimo dijo...

Me encantó la hipocresía

Me encantó la poesía

Me encantó todo :)


Un beso enorme!